martes, 14 de abril de 2009

Té con bizcocho y Viva la República

Imágenes enviadas por Javi - Con código de barras

Llegamos a Castellar (Cádiz) a media tarde. Justo habíamos comido en una de las ventas que hay en la carretera, famosas por su carne de venado, jabalí y caza en general. Era un día de lluvia, con niebla. La mejor combinación. Así supimos que no íbamos a estar agobiados con la presencia de muchos visitantes.

La fortaleza de Castellar Viejo se alza sobre un cerro de empinadas laderas en elParque Natural Los Alcornocales, entre los ríos Guadarranque y Hozgarganta, divisando el embalse del Guadarranque y los bosques de sus laderas, así como Gibraltar y el estrecho, a las afueras del actual emplazamiento de localidad de Castellar de la Frontera. 

Ya el camino de subida ofrece vistas mavarillosas y hay mil lugares en los que el paisaje es motivo de admiración. Ir sin prisa te permite ver fincas de grandes extensiones con ganado vacuno y caballar. Sin autopistas por las que ir, se percibe el olor del campo.

Pertenece a la Casa de Medina Sidonia. Su planta es de forma irregular, y posee un recinto amurallado con barbacanas, cubos, torres de flanqueo y torres de ángulo cuadradas y circulares, algunas de ellas coronadas con almenas. Destacan las torres de su entrada, con elementos defensivos como las barbacanas que defienden el acceso del castillo, perforadas con saeteras y una puerta en recodo abierta bajo un bello arco peraltado enmarcado por otro de herradura.

Desde el pequeño patio de armas se accede al caserío interior, con casas blancas y calles estrechas y sinuosas cuajadas de flores. Entre los edificios destacan el alcázar de los Condes de Castellar, con la torre del Homenaje, el Ayuntamiento y la Iglesia del Divino Salvador, de estilo barroco. Más bien parece una alcazaba, en la que el castillo sería la zona militar separada de la zona administrativa y civil.

Entramos en la fortaleza y nos dirigimos hacia un pequeño hostal y restaurante regentado por unas señoras inglesas.
-¿Podemos tomar algo?
-Yes, claro. Tengo té y bizcocho.

El blog del día: La boca del cielo

12 comentarios:

Liz Marin dijo...

precioso de verdad,cadiz es linda vayas al rinconcito q vayas de alli


besitosssss

Stultifer dijo...

elisabethMe encanta la calificación de "rinconcito" al castillo de Castellar.

Winnie dijo...

Me encanta los caminos, las escaleras...con esas piedras. Un día me imprimiré todas yus sugerencias y me iré de viajecito con tus consejos...Besos

Stultifer dijo...

winnie0Más que con mis consejos, ve con buena compañía a cualquiera de estos lugares encantadores.

Thiago dijo...

Castellar de la Sierra? Es un pueblo precioso, precioso, antiguo y auténtico, pero creo que es enterito de RUIZ MATEOS, al menos es lo que me dijeron a mí...

Bezos

Anónimo dijo...

Y una gozada alojarse en una de sus casitas pertenecientes al hotel.

ADRIANO dijo...

¿Y quién era la compañía, si puede saberse, porque todo el tiempo usas el plura, es el plural de modestia o mayestático?
Bonita escapada.

Stultifer dijo...

thiagoCastellar de la Frontera. La tercera palabra del texto de la entrada es un enlace a su información.

javiLa empresa que compró las casitas acertó de lleno. Son una preciosidad.

adrianoUsamos el plural habitualmente. En este particular caso puedo decirte que la compañía era Bala (tiene el blog muy abandonado. Por cierto, invité yo al té.

kiko dijo...

yo lo visité hace unos 5 años... casi me quedo allí para siempre, q pasada de sitio.

Stultifer dijo...

kikoEl lugar es encantador, pero creo que puede agotar mentalmente si uno no está preparado a vivir como un asceta.

kiko dijo...

cierto, creo q al cabo de una temporada, los urbanitas, nos agobiariamos bastante entre los fantásticos muros de la fortaleza, pero unos dias allí pueden ser de lo más sano en todos los sentidos.

muchas grácias por este reportaje tan espléndido.

:0)

Stultifer dijo...

kiko Cada uno de nosotros tenemos un sitio. Yo vivo en una zona en la que el bar más cercano, la farmacia, o la gasolinera, están a 4 kilómetros de distancia.