lunes, 22 de junio de 2009

Mi Madrid en el recuerdo

Una colaboración de Stultifer para el blog de Miguel - Mis fotos de Madrid
Fotografías extraídas de Abandonalia
Más información en La estación del tren

Nací en uno de los dos sótanos cuyos ventanucos dan a la calle en el número 14 del Paseo del Rey, junto a la estación llamada entonces Del Norte, ahora Príncipe Pío. En aquella época no había televisión ni en blanco y negro en muchas casas; era cosa de los americanos y de los ricos. Pero en mi casa inventamos la televisión por cable. Mi padre sabía cómo hacerlo. Por eso era mi padre. Descendiente de un factor de Renfe y casado con la hija de un jefe de estación, conocía los entresijos y entretelas de los trenes, tanto los de carbón, como los eléctricos que empezaban a recorrer el trayecto desde Madrid a La Coruña. Era un secreto secretísimo pero mi padre sabía que en esos trenes tan largos había una televisión en uno de los vagones reservados a la clase más pudiente y a los altos cargos de la política. Una tarde, ayudado por unos conocidos de la propia estación enganchó un larguísimo cable al conector del aparato de televisión del tren y lo llevó hasta casa. Teníamos una gran bobina de muchísimos kilómetros y una gran rueda en medio del salón. Y a su lado: una pequeña televisión tapada con una tela bordada. Mi padre decía que tener la televisión en casa era parte del gran secreto secretísimo y que jamás podíamos contarlo a nadie. Ninguno de nosotros sabíamos cómo funcionaba, pero nos pasábamos horas y horas delante de la pantalla esperando que apareciera algo. Eran las horas y los días más bonitos de mi vida: Teníamos televisión.

Una tarde, mi padre nos dijo a todos que era ese el preciso momento en el que exclusivamente nosotros podríamos ver la programación. Eran las seis y mi padre empezó a dar vueltas y vueltas a la gran bobina del larguísimo cable que había en el comedor y notábamos como pasando el tiempo el volumen de cable iba desapareciendo mientras en nuestra televisión apreciábamos con total nitidez algo llamado "carta de ajuste". Un gran círculo en tonos grises, y unas barras y cuadraditos. Qué emocionante momento. Así estuvimos un tiempo. Nosotros podíamos ver la televisión mientras mi padre soltaba cable o lo recogía en su gran bobina, dependiendo si el tren iba a La Coruña o regresaba.
Fueron meses de plena diversión y mucho movimiento en casa hasta que tuvimos que cambiarnos de domicilio. Nos apenó mucho a todos pues pensábamos que nos quedábamos sin uno de los mejores inventos de la humanidad después de la rueda, los taxis y la lavadora. Un traslado supondría muchos cambios... pero fueron a mejor. A mi padre le destinaron a trabajar en un Prado, que casualmente también era del Rey (lo de mi relación con la monarquía tiene mucho que ver, pero es otra historia). Allí estaban los estudios y platós y artistas de toda la Televisión. Mi padre ya no tenía que dar vueltas a la bobina del cable; que dicho sea de paso acababa derrotado. Ahora mi padre sólo tenía que llevar en una bolsa los metros de cable necesarios para cubrir la distancia desde casa a su trabajo.

Después llegó la televisióncolor pero yo había dejado de vivir en Madrid.

15 comentarios:

Winnie dijo...

Bueno bueno bueno...Stultifer en todo su esplendor de escritor....BRAVO....Me ha encantado...ahora me voy al blo de Miguel...Besos ....

Stultifer dijo...

winnie Tú no sabes lo que yo aprendí viendo la Carta de Ajuste. jeje

Thiago dijo...

jaja cari, ya está uno desacostumbrado de leerte post tan personales.... Me gusta saber que la tele te llegaba desde la coruña, jaja.

Lo bueno de que tu padre fuera de la renfe es que seguro que viajabais todos gratis, no? Mi abuela siempre lo cuenta de sus amigas que van gratis y dice siempre lo mismo: es que su padre era factor de la Renfe, cro que en aquellos tiempos había mas factores que viajeros, jajajaa.

Bueno, vivir tan centrico en Madrid debío ser genial supongo que serías el rey de la "peliculas" de la plaza de España, no?

bezos

Stultifer dijo...

thiago En esa época solamente había televisión a partir de la seis de la tarde y era la carta de ajuste lo que nos dejaban mirar. Luego venían los baños y cena de antes de dormir y poco más. La época del "Vamos a la cama" con la familia Telerín vino mucho después. Y no había muchas películas. jajaja

K dijo...

es un placer conocerlo.......perdón conocerte!!! más y mejor, aveces da añoranza el perderse la carta de ajuste y llegar a la televisióncolor así sin más....y claro está, sin pasar por Madrid:(

Chevy dijo...

Precioso post. Lo de "despedida y cierre" ya te debió coger como muy mayor.

Kisses

Stultifer dijo...

kiny Ahnora ya veo series de Digital. jeje

chevy Te despido y cierro.

HISTORIAS DE ESTA VIDA X JMEC............... dijo...

SIENTO DECIRLE QUE LE HE CONCEDIDO UN PREMIO QUE ESPERO QUE LO RECOJA EN MI HUMILDE BLOG,ES POR LO BUENOS MOMENTOS ESCALONARIOS QUE HE TENIDO VIENDO SUS ESCALERAS,POR FAVOR PASE USTED A RECOJELO......GRACIAS........

Miguel Molina dijo...

Gracias por tu colaboración. Ha sido un placer.

Nos vemos por Madrid

Didac Valmon dijo...

así que madrileño de orígenes, será que las cuestas de esta ciudad de locos te inspiraron lo de las escaleras, pro cierto que en blog de Miguel hay una foto sin escalera jajajaja, una entrada fantástica, una colaboración genial, aunque a mí que paso por ppe pío todos los días me jode tener que verlo hasta en los blogs

Stultifer dijo...

JMEC Muchas gracias. Paso a retirarlo con placeres ocultos.

miguel Ha sido muy divertido.

didac De lo que leas, la mitad creas.

Unknown dijo...

De verdad que cuando te pones en plan escritor me sorprendes. Me ha encantado la historia, preciosa.

Stultifer dijo...

dani jajaja. Gracias hombre. Siempre me dicen que equivoqué la profesión. Lo que no sé bien qué profesión equivoqué.

GAD dijo...

Esta es la razón por la que soy adicto a tu blog. PRECIOSO EL post, brillante! espectacular

Stultifer dijo...

gad Eres muy amable jeje