Y aún funcionan...

Imágenes enviadas por Bruto - ¿Tú también, Bruto, hijo mío?

Míralas, míralas: en pleno funcionamiento. Ya quisieran las de cualquier novísimo pabellón deportivo, centro comercial o estación de metro, tener al cabo de miles de años, como lo son estas escaleras  obtenidas en Turquía, seguir funcionando como lo hacen éstas, que permiten en horas de baja asistencia de público, el paso al ganado caprino subir para recolectar sus ortigas y alimentarse.

Como el que no quiere la cosa. Como si las hubieran dejado caer y como si estuvieran colocadas sin haber sido útiles nunca. ¿Alguien pensaba ya entonces en las rampas?

¡Los palacios! Esto ya no tiene nombre ni parangón. Piedra labrada una a una, cinceladas por maestros artesanos para uso y disfrute de los habitanes de los palacios. Reuniones de políticos, asambleas, disertaciones a pueta cerrada, conspiraciones. Si las paredes hablaran, éstas poco podrían decir. Guardan los secretos las escaleras.

Magnánimas. Asustan. Imagínate a un gobernador de provincia que asiste a Palacio y se encuentra con semejante edificación. Él y su séquito tienen que romper la barrera iniciando la subida a las escaleras. Un examen que obligaba a mantener la respiración  y la mirada hacia el frente, donde, quizá, estaba esperando el anfitrión.

Diferencia de clases. Ejemplo del "Aquí mando yo y los demás sois mis esclavos". Ni marketing ni niño muerto. Unos escalones de altura marcan toda la diferencia. Tú abajo; el rey, en el trono.

El blog del día: La invasión de las ultracerdas

NOTA: Desconozco los motivos por los que han desaparecido algunas fotos del blog. Si esto empieza a dar fallos lo mando a tomar por culo y me quedo más ancho que largo.