domingo, 28 de noviembre de 2010

Réquiem

Un relato de Dorian Gay, con fotografías enviadas por XIM

Aquella tarde me encontraba sentado en los peldaños a las afueras de la puerta principal de mi casa, en estado de serenidad contemplado el mágico atardecer que frente a mis ojos acontecía, bajada lentamente la nieve y cubría mi jardín de un manto blanco, me seducía a que me acostara en su manto y jugar con ella. La idea me gustaba pero recordé que dentro de mi casa estaban mis escaleras y supuse que tendrían mucho frío pues no estaban acostumbradas a esta temperatura, baje al sótano a conseguir mantas y con mucha paciencia las tapé una a una hasta cubrirlas por completo.

Dormí tranquilamente toda la noche, al día siguiente cuando bajaba aún me encontraba un poco adormilado, pero me fue imposible no sentir, a través de mis pies, que mis escaleras estaban tristes y muy temblorosas. Sucedía que olvidé cerrar las ventanas y la nieve había entrado toda la noche con la ayuda de las numerosas ráfagas de viento. Mis escaleras estaban congeladas, pasé toda la mañana retirando la nieve pero por la tarde habían muerto. Me tire al suelo de rodillas, mientras golpeaba mi pecho. Yo era el único culpable.

Peldaño a peldaño las recorrí por última vez mientras derramaba una lágrima por cada tramo que recorría. Aunque me dolía mucho tenía que enterrarlas pues pronto comenzarían a descomponerse y el jardín de mi casa ahora parecía el lugar más apropiado para guardar sus restos. Me armé de martillos, desarmadores y toda clase de herramientas y comencé lentamente a mutilar mis preciadas escaleras.

Por la noche emprendí a cavar un gran hoyo muy profundo, recuerdo haber terminado cerca de la madrugada y ahí deposité todos los restos de mis escaleras. Mi casa ahora estaba de luto, también yo me encontraba muy triste y pensaba que ya no podría jamás bajar al sótano ni subir a mi habitación.

Cansado y sin muchas fuerzas dormí todo el día siguiente en el sofá mas grande, al despertar por la tarde miré por la ventana y una fuerte tormenta de nieve caía nuevamente, cubrían cada vez mi jardín, que ahora se había convertido en un cementerio. Desperté nostálgico recordando los días en que subía y bajaba por mis escaleras y yo acariciándolas. Pero ahora habían muerto y esa tarde decidí salir al jardín y morir junto a ellas.

El blog del día: Lowon

7 comentarios:

Xim dijo...

Oh!!! qué original te ha quedado la entrada con ese relato acompañando las imágenes, y el dorian gay este, otro que padece escaleritis aguda, no, si es que cada vez somos más...

Lakacerola dijo...

Triste relato pero buena escalera, me refiero a la última.

juanjo dijo...

A eso se le llama amor

Thiago dijo...

Creo que estamos ya todos loqueando con las escaleras, no?

Stultifer dijo...

XIM - Los tres soles se alinearon como en la película Cristal oscuro. Justo en ese momento coloqué el trozo de cristal y surgió la luz.

LAKACEROLA - Es que Dorian escribe tristezas.

JUANJO - ¿Suicidio?

THIAGO - ¿Y soy yo acaso el culpable de la locura?

El diario secreto de Dorian Gay dijo...

Oh no!!!
Tienes que perdonarme por haber matado tus escaleras!!!
Es que el relato me ha surgido en una tarde y de la nada!
Y si, creo que ha dado escaleritis aguda!!

saludos y Muchas gracias por publicar el relato

El diario secreto de Dorian Gay dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.