Joaquinito López, Entre ruinas, nos envía estas imágenes.
Dice que es una de las escaleras más delirantes que ha encontrado y que vendrán muy bien para el blog. Estamos de acuerdo con él. Muchas gracias por tu participación.
Dice que es una de las escaleras más delirantes que ha encontrado y que vendrán muy bien para el blog. Estamos de acuerdo con él. Muchas gracias por tu participación.
El miedo nos entra en el cuerpo cuando vemos ante nosotros una larga y empinada escalera. Sobre todo ocurre si vamos de vacaciones y nos topamos con el elemento arquitectónico. Lo primero que queremos es subir, alcanzar la cima. Poder decir "Yo estuve arriba".
Nos da lo mismo si no hay nada interesante arriba y lo único que podemos hacer es bajar. Pero el hombre, en su infinita inteligencia quiere ser siempre el más alto. Estar en la parte más elevada. Alcanzar el cielo de la nada.
Y hacemos maravillas para pasar el mal trago que produce tener que subir andando por 300 escalones. La pintamos de colores y así nos cansamos menos.
¿Qué necesidad teníamos de construir una escalera en el desierto solamente con la idea de elevar la base del templo? ¿Dije inteligentes? Lo retiro.
Como no guardo los nombres, pues ni idea del lugar donde se encuentra esta escalera de esta iglesia que tampoco controlo. Como archivero soy nefasto. Visto aquí.
Esta la recuerdo perfectamente. Es un barco que recorre los puertos de Algeciras y Ceuta. Se hizo en un viaje camino al Festival Hispano-Árabe de Martil, Tetuán.
Imagen de Henri Cartier-Bresson. Célebre fotógrafo francés considerado por muchos el padre del fotorreportaje.
¿Y esto? Ah. Si. Es la escalinata del Ayuntamiento de Málaga un día de protestas sindicales o similar.
A pesar de las reiteradas declaraciones de guerra, el Tacheles de Berlín fue desalojado pacíficamente y con orden. Todo lo que empieza se acaba. Y lo sabían sus ocupantes. Algún día llegarían las Fuerzas del Orden. Y así fue. La policía, orden judicial en mano, cerró al tráfico las calles adyacentes a la Oranienburgerstrasse a las seis de la mañana, todavía de noche en Berlín, y procedió a avisar con altavoces que los okupas debían salir a la calle. La mayoría de ellos había sacado ya sus pertenencias durante la noche y esperaban fuera, calentándose las manos en improvisadas hogueras en las que ardían los materiales inservibles. Nadie opuso resistencia y la policía colaboró incluso en el traslado de las esculturas de mayor tamaño a estudios repartidos por Prenzlauerberg.
Álvaro, el habitante de tus sueños, realizó un pormenorizado estudio sobre las mejores ciudades, según sus escaleras. Aquí un ejemplo. Para ver las demás, entra en su blog Epistolario.
Este año, mi familia ha decidido contratar una orquesta para que nos amenice la cena de los idiotas. A ver si así, con nuestro silencio, se pasa un tiempo más agradable. ¿Y tú, tienes ya orquesta?
Salí a dar un paseo hacia el Museo del Prado. El motivo: Visitar la exposición del Hermitage. Merecía la pena. Dos horas de museo y visita obligada a otras dos obras maestras: El jardín de las delicias, de El Bosco; y El fusilamiento del General Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga, de Antonio Gisbert. Debía esa visita hace años. Ha sido genial.
Como no has sido agraciado con la lotería, deberías comprarte un libro. ¿Que no puedes porque te gastaste 20 euros en un décimo? Pues ahora, el libro, se lo puede comprar otro.
El fuerte Jaigarh está localizado al unos 15 kilómetro de Jaipur. Es uno de los fuertes más espectaculares de toda la India, con todas sus instalaciones prácticamente intactas. Bonito es, pero yo puse la escalera del revés. Lo notaste?
Puedes torcerte un tobillo, partirte la pierna o la cadera si al bajar esta escalera alguien se ha dejado el cajón abierto. Qué ganas de hacer útiles y peligrosas las cosas que por ellas mismas ya causan problemas.
Y no digo nada sobre este artilugio de diseño que no sirve para absolutamente nada, excepto para llamar urgentemente al servicio de ambulancias. Es lo que ocurre cuando las fotos te las manda alguien que cuando se aburre hace un blog.
Tuéstese un poco de pimentón en el horno para secar completamente y añadir pan rallado al producto resultante.
Colocar la carne de ternera en una rejilla y adobar con aceite y la mezcla que hicimos anteriormente. Dejar reposar 24 horas.
Si el resultado es como una piedra, la culpa es tuya por hacerme caso a mí y no seguir las recetas maravillosas de Rosa.
¿A donde me llevan mis escaleras?
Si es antes, sube fácil. Si es después, difícil es. Un acertijo de Conxa, Jo mateixa.
Quiero comprarme un coche nuevo. Tener la posibilidad de llegar a los sitios más insospechados para ver cómo Amanece la metrópolis. Salir disparado de la rutina. llegar al más lejos todavía, sin red y dando tres vueltas de campana.
No hay duda. No es la cámara, no es el momento, no es el lugar. Es el modelo. Así me lo hace saber El pensador, que siempre es el que más piensa.
Domin nos envía esta fotografía panorámica con la que no deberíamos hacer un concurso para saber dónde está ubicada ya que el título de la entrada da una pista aclaradora. De todas formas... ¿dónde se ha realizado la fotografía?
¡Buenas! Soy Sidhe de La Noche De Los Wasabis Verdes Fritos. Antes de nada, volverte a agradecer el premio, nos ha hecho mucha ilusión a Roswell y a mi, produce satisfacción saber que nuestras humildes reseñas son leídas y debatidas y que en mayor o menor medida son de cierta utilidad. En cuanto a la fotografia y tras mucho decidir, hemos pensado en enviarte una que hicimos en un lugar que nos encanta. Corresponde al recibidor del castillo que hay en Talamanca, un pequeño pueblo de aires medievales, muy acogedor y boscoso que hay cerca de Barcelona y que es de los mejores sitios en los que recargar energía y desconectar.
Nos envía el Pensador un bonito blog de Artistas reunidos, que ha dedicado una entrada a su pasión por las escaleras. Dice así: En el barrio porteño de Palermo, más específicamente en la calle Honduras al 4882; donde al llegar a destino el espectador se encuentra con una angosta puerta de madera pintada de blanco. Al atravesarla se encuentra con una empinada y larga serie de escalones de mármol blanco enmarcados por una baranda de metal y finalizar se topa con un gran espejo que tiene pegado Jorge Miño sin fin en letras mayúsculas y blancas, lo opuesto se puede ver en algunas paredes de la galería con las mismas palabras (el nombre del fotógrafo y la muestra) pero en este caso en color negro sobre la pared blanca.