

El blog del día: Mi alacena
Ando como ladrón en joyería buscando la escalera que no me pertenece. Más aún sabiendo el delito no dudo en sus y traerla al blog. Indicando autoría, su señoría. Y sus derechos de autoría. Y más delito cometo indicando el motivo de su publicación el 2008/10/14 13:57:00, como indica en su blog el autor: "En Barcelona llevé a la familia de Ai a ver el centro comercial L’Illa Diagonal y me encontré con una construcción digna de M.C. Escher. Fijaos en que se puede subir unas escaleras, dar una vuelta sin subir ni bajar ningún escalón, y acabar en la parte de abajo de las mismas escaleras que habíamos subido antes. Misterioso, ¿eh?".
El blog del día: Pepino
Me cuenta David su aventura, enmarcada dentro de una confabulación judeomasonica de coincidencias y causalidades, en su espacio temporal actual en Bucarest. Le persiguen los fantasmas del pasado y los entes del presente. La idea de irse lejos para no encontrar a nadie no le sirve en estos momentos. Incluso en el Serengueti se encontraría con algún león conocido.
Me escribe que la foto tiene el encanto de haber sido capturada en una calle completamente en obras, cubierta con pasarelas de madera de dudosa solidez, mal iluminada, en el centro de Bucarest. Para añadir un plus de peligrosidad a la aventura de transitar esa calle a esas horas, la tapa estaba abierta de par en par, dejando ver una bella escalera de mano y, al mismo tiempo, creando el riesgo de que cualquier transeúnte despistado cayera por ella. Al disparar el flash sobre la escalera, una voz con un tono bastante amenazador (y en rumano, creo adivinar) me hizo considerar la buena idea de poner pies en polvorosa y hacer temblar aún más las tablas del suelo. Habría repetido la foto para conseguir un encuadre mejor pero estaba en juego mi pellejo.
No te arriesgues por una foto, aunque puedo decirte que "uno corre más con las faldas levantadas que con los pantalones bajados". Por mucho que gritara ese hombre (por el susto del flash), se podría haber hecho otra foto y aún así no le hubiera dado tiempo a subir la escalera y agarrarte por el cuello hasta axfisiarte.
El blog del día: Un español en Japón