Escuché el otro día a un chileno decir que Europa le aburría por lo inmensamente plana que es. Quizá no conocía los Alpes ni los Pirineos pero, comparándolo con sus cordilleras andinas, tenía algo de razón. En Bruselas no hay desniveles, ergo no hay escaleras. Así pues, se las inventan. Ejemplo: Pequeña Europa, maqueta.
Las calles, aptas para recorrerlas en bicicleta, las inundan de pequeños altibajos, como para rematar lo bien hecho. Ejemplo: un puente en medio de una calle.En su afán de ser importantes sin dárselas de pretenciosos edifican museos en alto, sólo para poder destacar su estatua ecuestre y, para verla, tener que ascender escalones. Ejemplo: Museo de Bruselas.
El que fuera alcalde (1884-1889) de Bruselas, Charles Karel Buls (13 octubre 1837–13 julio 1914), se bajó de su monumento para estar a ras del suelo con sus libros, su perro y las señoras que toman café. Los viandantes gustan de tocarle los bigotes, la cabeza del can, y sentarse a su lado a fotografiarse.
Los inventores de la pintura al óleo de rápido secado, los hermanos Huberto et Johanni van Eyck tienen esta estatua en Ghent (Bélgica). Así, sentados, como que no pintan nada, pero empezaron sus carreras como miniaturistas de manuscritos y llegaron a plasmar en un cuadro al matrimonio Arnolfini, mil veces visto anteriormente. Los podían haber situado también a ras de suelo, pero quisieron inventarse unas escaleras.
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