Disney en el cementerio

El pasado jueves 25 de abril el Cementerio Museo de San Pedro de Medellín fue un verdadero espacio pedagógico y cultural para compartir en familia, pues se celebró el día del niño con una Noche de Luna Llena, en esta ocasión se contó con el musical: Disney, cinco de generaciones de sueños de la Fundación Sirenaica, el público familiar también tuvo la oportunidad de disfrutar de un recorrido guiado, por las narraciones que fueron la base para la creación de algunas obras cinematográficas de Disney. 

 Las noches de luna llena son un programa del Cementerio Museo de San Pedro, que se ofrece a la ciudad una alternativa cultural, invitando a apropiarse del patrimonio funerario, a través de un recorrido por el espacio y una programación artística.

La presentación artística estuvo a cargo de la Fundación Sirenaica, entidad sin ánimo de lucro que busca promover el desarrollo del canto, la música y las artes en niños y jóvenes con talento, educando y contribuyendo a la transformación social, principalmente de las comunidades vulnerables de Medellín, trabajo que se realiza con docentes-artistas comprometidos con la formación en valores.

El Cementerio Museo durante esta noche se convirtió en un espacio mágico de promoción del arte, la cultura y la lectura. De la misma manera, el recorrido guiado fue una oportunidad para que los pequeños por medio de algunos personajes de Disney como: Peter Pan, Pinocho y Blancanieves conocieran la historia de mausoleos y obras representativas de este patrimonio cultural.

Necrópolis benahorita

El culto en torno a la muerte de los antiguos pobladores de La Palma es asunto de máximo interés para los arqueólogos, que se ha incrementado con el hallazgo de una necrópolis benahorita en Los Llanos de Aridane. Un promotor extranjero que tiene proyectada una importante actuación urbanística y turística en este municipio, halló los vestigios del pasado en el solar donde va a edificar. Él mismo comunicó el hallazgo al departamento de Patrimonio Histórico del Cabildo y los técnicos ya han realizado las primeras catas de tierra. Las primeras investigaciones apuntan a que se trata de una importante necrópolis benahorita, que incluye crematorios funerarios. El Cabildo palmero ha destacado la actitud y la sensibilidad mostrada por el promotor, que tiene la intención de integrar el yacimiento en su proyecto urbanístico.

 El término benahoarita o auarita se aplica a los antiguos habitantes aborígenes de la isla de La Palma, Benahoare en lengua bereber, antes de la Conquista de la isla en 1492 por parte de la Corona de Castilla

El cementerio vacío

Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923) se dio a conocer como novelista con Las ciegas hormigas (1961), obra con la que logró el premio Nadal y el de la Crítica. A pesar de este brillante arranque de trayectoria, el escritor permanecería durante treinta años seminolvidado en el panorama literario español publicando su obra en pequeñas editoriales hasta la aparición en 2004 de su trilogía Verdes valles, colinas rojas, premio Euskadi, Nacional de la Crítica y Nacional de Narrativa, al que seguirían otros títulos publicados todos por la editorial Tusquets. En 2009, Pinilla inicia una serie policíaca con Solo un muerto más, protagonizada por el librero Sancho Bordaberri y su dependienta Koldobike, trasmutados para la investigación en el detective Samuel Esparta y en una fiel secretaria, esbelta y temperamental, quien da inicio bruscamente a la trama al anunciar a su jefe: “Anoche ahogaron detrás de la iglesia a Anari, la más joven de Belarriena”.

Feliz día del libro.
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Cementerio general

El próximo 25 de julio se estrena 'Cementerio general', película que aspira a ser referente del cine de terror peruano. Su director, Dorian Fernández, garantiza gritos y sobresaltos. Con el cintillo de “Basada en una historia real”, la película se inspira, según cuenta su creador, en un episodio que conmocionó la capital loretana en el 2002, cuando los diarios locales informaron de una niña poseída por un espíritu tras jugar a la ouija. Ese incidente truculento fue la base sobre la que trabajaron Fernández y el guionista Javier Velásquez Varela. Aunque ellos optaron por someter al acoso de los espíritus a cinco jovencitos y jovencitas que juegan a la ouija en un cementerio, para comunicarse con el fallecido padre de una de ellas. El problema es que no es el alma del difunto la que acude al llamado sino algo más aterrador.

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Isla Mujeres

Nuestro amigo Álvaro se acuerda de nosotros desde Isla Mujeres y nos manda estas fotos...

Isla Mujeres se ubica en el mar Caribe, muy cerca de la península de Yucatán, al sureste de México. La isla constituye parte de uno de los diez municipios del Estado de Quintana Roo, el municipio de Isla Mujeres (que incluye parte de territorio continental) y se ubica a trece kilómetros de la ciudad de Cancún, el principal polo turístico de la región.

Isla Mujeres fue descubierta por los españoles durante una expedición comandada por Francisco Hernández de Córdoba en el año de 1517. En tiempos prehispánicos la isla estaba consagrada a Ixchel, diosa maya de la Luna, el amor y la fertilidad, la cual recibía ofrendas con formas femeninas que los creyentes depositaban en sus playas. Al llegar los conquistadores españoles y observar las figuras, la bautizaron como Isla Mujeres.

En 1850 se funda el pueblo de Dolores en la isla donde se establecen alrededor de 250 personas. Isla Mujeres fue visitada y ocupada por piratas famosos como Henry Morgan y Jean Lafitte, pero el personaje que mas influyo en la consolidación de la isla como población fue Fermín Antonio de Mundaca y Maréchega; Oriundo de España fue pirata y traficante de esclavos. Después de haber enfrentado a la armada británica se establece en la isla donde construye la Hacienda Vista Alegre que llega a cubrir el 40 por ciento de la isla.

Se dice que los restos de Mundaca se encuentran en la ciudad de Mérida pero en el cementerio de Isla Mujeres se encuentra su piedra sepulcral que el mismo tallo junto con su epitafio y se encuentra presuntamente vacía.

Limpia, fija y da esplendor

Limpia y hace brillar lápidas. Lleva agua para los floreros y también reza cuando se lo piden. Este niño de diez años, así como muchos otros, ha encontrado en los pasillos del Cementerio General de Bolivia un sustento económico para sí mismo y su familia. De lunes a viernes estudia y el fin de semana cambia los libros por sus ocupaciones laborales.

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Necrópolis de Colón. La Habana

Silencio. Lágrimas que caen como piedra al vacío. Extremidades que conducen la anatomía humana por una alargada vía. Arreglos florales que acompañan la eterna morada, esa caja oscura que alberga el cuerpo inerte. La rutina del camino al sepulcro cambia de nombres, incluso de fechas, pero es siempre la misma.

Un cementerio es indudablemente un lugar triste. El dolor lo convierte en su hogar y contagia a quienes lo visitan. Tras sus muros se esconden cientos de historias, algunas míticas, otras no tanto. La Necrópolis de Colón, en la barriada habanera del Vedado, no está exenta de estas peculiaridades.

Algunos de sus panteones, aluden -en formas casi inimaginables- a viejos ocupantes. Mientras que los arcos, cúpulas y vitrales le imprimen un aire artístico al camposanto. Figuras que miran al cielo, como si buscaran alcanzar la divinidad. Rostros angelicales que velan el último sueño.

Un mundo de ingenio se esconde tras los barrotes del Cementerio de Colón. El arte que rodea a la muerte, atrapa sin dudas, la atención del caminante.

Fotos: Roberto Garaycoa / Cubadebate.