Un guiño de Dani - No solo metro
Han pasado unos días desde que acabó el mundial de fútbol pero por lo menos en España es el tema más importante de tertulias y corrillos. Hay más banderas de España (constitucionales o no) en los balcones y ventanas que figuras de Papá Noel en Navidad. Y no hay prisa por quitarlas. Hemos sufrido una catarsis. España ha dejado de estar dividida en esas dos que helaban el corazón, como cantó el poeta. Ahora, los españolitos que vienen al mundo no los tiene que guardar Dios. Se guardan solos bajo los dos colores del tríptico rojo y gualda.
Y lo han denominado "La roja", con nombre de travesti venido a menos de puticlub de polígono industrial a la que todos siguen. Algo tendrá. Otros han seguido a los de la sandalia o a los del botijo alicatado. El caso es que ahora mismo en el resto del mundo todos los países no ganadores tienen una depresión de caballo mientras que en la tierra patria ni crisis, ni debates nacionales, ni desesperación. Paramos este mes y seguimos alimentándonos del triunfo millonario de unos deportistas como si fuera nuestro. Pues felicidades a los interesados. Y a Hacienda también, que también pilla cacho.
Blog del día Recortes de Madrid