El cementerio católico de Santa Catalina de la ciudad de Ceuta fue escenario de un entierro habitual en esta ciudad fronteriza con Marruecos, el de un inmigrante hallado sin vida en sus costas cuando pretendía alcanzar el sueño europeo.
El camposanto de esta ciudad ha vuelto a colocar en uno de sus nichos otra lápida sin nombre, tras la que reposa un joven que ha sido enterrado sin conocerse su identidad y con la única presencia de cinco personas.
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