Un buen sabor de boca de Torsimany - Desvaríos varios
El amigo Torsimany nos dejó en diciembre un buen sabor de boca en su última entrada. Nos decía que estaría ausente unos días debido a un exceso de trabajo. Hoy nos manda estas fotos del Castillo de Bran, una fortaleza medieval húngara localizada en la actual Rumania, que goza de gran atractivo turístico por su relación con la novela de Bram Stoker: Drácula.
Situado cerca de Braşov en Transilvania, es un monumento nacional y uno de los puntos clave del turismo rumano, si bien su valor estriba en su antigüedad y arquitectura y no en su vínculo con el personaje del conde Drácula, que es ficticio. Vlad, en rumano, significa conde.
Al inicio del recorrido un cartel nos avisa de lo que nos vamos a encontrar: SCARI (escaleras).
Y las hay, bien pisadas, y de toda forma, condición y tamaño. Para todos los gustos. De subida y de bajada. De miedo.
La fortaleza está emplazada en la frontera entre Transilvania y Valaquia y su arquitectura es única. Si bien esa pequeña fortaleza fue arrasada con el paso del tiempo y recibió las arremetidas de las ordas tártaras en 1241, la estructura actual fue erguida por ordenes del rey Luis I de Hungría en el 1377, para cumplir una función comercial y defensiva.
El castillo, que fue posesión de la Princesa Ileana de Rumania, la cual lo heredó de su madre, la reina María, fue incautado por el Gobierno comunista de Rumania en 1948. Tras la restauración de los 80 y la Revolución rumana de 1989, pasó a ser un destino turístico.
El heredero legal del castillo era el hijo de la Princesa Ileana, Dominic von Habsburg, que lo puso en venta por 50 millones de euros, oferta que no llegó a formalizarse por ningún comprador.
El castillo fue valorado en 140 millones de dólares, cantidad justificada por los expertos debido a los ingresos que podría proporcionar este edificio histórico como foco turístico. Pero los propietarios actuales y las autoridades insisten en rechazar el mito de Drácula, y prohíben explotar el castillo como parque temático sobre este personaje, lo que le resta mucho de su atractivo.
La imagen del castillo de Bran ha sido utilizada en múltiples adaptaciones fílmicas de Drácula, y de manera informal ha llegado a ser conocido como «Castillo de Drácula». La economía local ha hecho uso de esta conexión para impulsar el turismo, y se pueden conseguir tarjetas postales y camisetas donde el castillo se sigue relacionando con el nombre de Drácula.