Las termas

Seguimos en Moulay Yacoub, la ciudad de las aguas termales. Han llegado ya las copias de las copias de las copias de China, con etiqueta "Made in China". Ya se ven en todas partes babuchas de plástico. ¿Dónde quedó el cuero y la piel?

Casas de huéspedes se abren al visitante nativo. Los hoteles del centro apenas alojan extranjeros. Evidentemente no se vive del turismo en esta zona marroquí.

Y queremos ir a las piscinas. A las auténticas. Ya tendremos tiempo después de sentarnos en alguna de las cafeterías a reposar. Un secreto: probé leche agria con trigo y su sabor y acidez me impidió tomar más de tres cucharadas. Es lo único que hasta el momento me he negado a consumir. Sin embargo se beben litros y litros a 40 céntimos de euro el tazón. Por lo visto es muy alimenticio y suficiente como comida.

Entrada a las piscinas comunales. Dentro no se permite hacer fotos aunque os cuento que hay una decoración exclusiva, antigua, con azulejos y columnas... Desde que entras a la zona de taquillas llega el fuerte olor del agua y el calor que invade todo. Lo sorprendente es la cantidad de gente que se introduce en el agua como si de un baño relajante se tratara y no como la olla de agua hirviendo que a mi me pareció. El agua no cubre más que un metro y medio y sale a borbotones de un manantial. Los hombres disponen de una piscina y las mujeres de otra.

También están estas nuevas termas, a las que no tuve ni intención de entrar.

Solo decidí posar para la posteridad caduca bajo las banderas.