He salido a comprobar con mis propios medios (el iphone) la situación de la plaza de la Constitución de Málaga. A diferencia de lo que Fidel Castro opina sobre el posible ataque de la OTAN bombardeando a los manifestantes por las protestas, la posición de los mandamases malagueños me parece muy acertada: Desinfectar la plaza. Empezando por el agua de la fuente (obsérvese ampliando la imagen cómo he recogido el instante preciso en el que el operario desinfectador arroja la pastilla de cloro a la piscina de la fuente, mientras la operaria desinfectadora controla con ácidos y bases los resultados obtenidos tras el análisis anterior).
A continuación seguirán desinfectando colchones, árboles, azulejos del suelo y el aire dejado allí por los perroflautas y sus peroratas de la utopía. De dice que se adora mucho más a la peana que al santo. Muchos están cayendo en el error de adorar más la teoría que la realidad que se ve en las plazas. En tres días más empezarán las disputas del poder y será como el cuento de Juan Palomo: "Yo me lo guiso yo me lo como" y volveremos a la linealidad.
2 comentarios:
Eyes wide open, mouth shut. Kiss.
EMEJOTA - En boca cerrada no salen las moscas.
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