Cuentos

En un país multicolor vivía una abeja bajo el sol. Era famosa en el lugar por su alegría y su bondad. A esta pequeña abeja le llamaron Maya y de tan famosa que fue le hicieron una serie de dibujos animados en televisión. Sobre domesticadores de abejas y de hombres que alimentan abejas en los tejados nos habló Delio.

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Encontré un esqueleto en medio del desierto. La posible causa del fallecimiento fue la deshidratación. Era evidente que durante muchos días de travesía le había faltado agua para saciar la sed. Los buitres carroñeros ya eliminaron los restos de carne. Era desolador el paisaje. Era un aviso de lo que podía ocurrirnos a nosotros. Por eso Stultifer siempre viaja con agua mineral envasada.

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Había una vez en un bonito pueblo un hombre muy bondadoso que tenía una hermosa nieta a la que no le negaba nada de lo que ésta le pedía, así que un buen día la niña le pidió una bicicleta. Y al despertar de un día de primavera, la niña se encontró con una bicicleta al lado de su cama. Se animó la bella niña a utilizar el artefacto y descendió cuesta abajo a toda velocidad. No supo utilizar los frenos y chocó contra una pared. Se partio los dientes. Pobre bella niña. La foto pertenece a un óleo de Antonio Torres, que estaba en el blog de Anna, que nos ha enviado Thiago. Vaya cuento más enrevesado.

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Y al igual que el príncipe se convirtió en sapo, la casa se transformó en calabaza de chocolate y llegaron dos niños y empezaron a comerse la valla y apareció la bruja y los encerró en tres botijas y las tiró al mar, donde un pescador que había sido comido por una ballena salió hacia la orilla y se encontró con Viernes en la isla desierta y comieron perdices. Kasiopea lo contaba de otra forma.

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El blog del día: Las vacaciones de Holden